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Cubavanza

La calidad se hace en el campo

MIGUEL FEBLES HERNÁNDEZ

Muy cerca del potrero donde cayera en combate el mayor general Ignacio Agramonte y Loynaz, hace 138 años, se consolida el polo productivo de Vertientes, una de las principales zonas con que cuenta la provincia de Camagüey para encauzar sus estrategias de desarrollo agrícola a corto, mediano y largo plazos.

Fotos: Otilio Rivero DelgadoCasi a diario salen estibas como esta desde las UBPC del polo productivo de Vertientes.

Sobre los hombros de los asociados a dos unidades básicas de producción cooperativa (UBPC), una que lleva el nombre del insigne patriota y otra el de Jimaguayú, recae la responsabilidad de materializar el ambicioso proyecto, dirigido a transformar el lugar en un próspero y eficiente macizo viandero.

Más que de perspectivas, allí se prefiere hablar de un presente que se construye en cada jornada, atendiendo integralmente entre ambas unidades cerca de 1 500 hectáreas de fértiles tierras. Buena parte de estas se dedica al fomento del plátano, sin descuidar opciones, ya en ejecución, que permitan diversificar los cultivos y adentrarse, en menor magnitud, en el quehacer pecuario.

Fotos: Otilio Rivero DelgadoRigoberto Rojas, jefe de producción de la UBPC Jimaguayú, muestra un “avance” de lo que será la cosecha de yuca señorita.

Llama la atención que mientras en otros lugares de la propia provincia cuesta trabajo extirpar de raíz los problemas organizativos, los bajos rendimientos y el deficiente aprovechamiento de la jornada laboral, las cosas en el polo productivo de Vertientes marcan un rumbo totalmente diferente.

EN LA FINCA ESTÁ LA VERDAD

"Aquí todo no ha sido color de rosa ni mucho menos. Hay fincas que han tenido sus tropiezos, pero en general se avanza. Si el jefe de ese pequeño colectivo no exige con su ejemplo personal, las cosas no salen, no prospera la unidad y los trabajadores tampoco se benefician."

En tales términos define Santiago Rodríguez Valdrich su visión personal acerca de los resultados que ya se observan, luego de estructurar la UBPC Jimaguayú en 15 fincas para cultivos varios, una ganadera y otra forestal, con los hombres vinculados al área a través del sistema de ingresos menos gastos.

Fotos: Otilio Rivero DelgadoAdemás del plátano, la finca que dirige Melesio produce una excelente guayaba suprema roja.

Bien conocido por aquellos parajes, pues es el administrador de la unidad desde su fundación en 1994, Rodríguez considera, contrario a otros criterios, para ellos la UBPC constituye la mejor forma productiva que puede tener el sistema de la Agricultura, claro, si se respetan sus principios y normas de funcionamiento.

"Lo importante es ser serios y responsables en lo que se hace, no inventar ni desviarnos de nuestro objetivo principal, aunque trabajemos en la diversificación agropecuaria. Solo el colectivo decide lo que es mejor para la unidad en el orden productivo y económico."

Tras un primer semestre con resultados positivos, las fuerzas de la cooperativa se mantienen en tensión, sobre todo en los platanales, donde se incrementan por día los ritmos de cosecha para el envío inmediato a sus principales destinos: Vertientes y la cabecera provincial.

"Para que esto produzca y se saque plátano de calidad, todos tenemos que halar parejo. Así, gana la UBPC y nos beneficiamos nosotros también", asegura Benito Noa Delgado, jefe de una de las fincas, quien lleva 15 años siempre pegado al surco, lo que le confiere autoridad moral ante el resto de los trabajadores.

En ello coincide Isaac Rodríguez Hernández, todo un avezado en las atenciones culturales del plátano: "Si se le hace lo que necesita en cada momento, crecen los rendimientos, la calidad está asegurada y ganamos más. Ahora mismo promediamos alrededor de 2 000 pesos mensuales, y puede aumentar".

CONTROVERSIA A PIE DE SURCO

"Como va la producción diaria, los próximos meses serán mucho mejores", afirma Omar Hernández Álvarez, administrador de la UBPC Ignacio Agramonte, otro convencido de que la estructura por fincas, atendidas por pequeños colectivos con intereses comunes, tiene todas las de ganar.

"Ya se observa un mejor ambiente de trabajo. Los hombres y las mujeres se sienten más responsables de la producción y la cuidan, porque de ello dependen sus ingresos personales y los de la cooperativa. En enero pagamos las deudas que teníamos con el Banco y hoy acumulamos una ganancia de 171 000 pesos."

Aunque prima el plátano, la UBPC Ignacio Agramonte dispone de áreas bien atendidas dedicadas al cultivo de yuca, calabaza y guayaba, a la cría de aves y carneros, y próximamente incursionará en la ceba de toros, una manera de diversificar las producciones y poder estabilizar las cosechas y las ventas durante todo el año.

Los buenos augurios, sin embargo, tropiezan con obstáculos que crean asperezas e inconformidades entre los trabajadores, como es el caso de las continuas controversias que sostienen con los compradores de la Empresa de Acopio acerca de la calidad del plátano.

"Según sus normas, nos pagan de segunda la calidad, cuando sabemos bien que no es así. Lo curioso, y contradictorio a la vez, es que en las placitas siempre es de primera", asegura Ramón Almeida Dupotey, quien atiende, junto a dos trabajadores más, 22 hectáreas de plátano y una de guayaba, todas en producción.

"La calidad se hace en el campo, con una buena semilla y conducción adecuadas; por tanto, el que pone la calidad debe ser el que produce: si está ‘hecho’, de arriba hasta abajo y los frutos están llenos, el racimo es de primera. Lo demás son exquisiteces", agrega Melesio Caro Ramos, el jefe de la finca.

 

Polémica aparte, amén de la responsabilidad estatal de la Empresa de Acopio, todo lo que atente contra el incremento de la producción de alimentos debe revisarse y ponerse a tono con esa prioridad. A fin de cuentas, quienes a diario se afincan al surco en agotadoras jornadas, siempre deben tener el mejor de los derechos a ser escuchados.

TOMADO DEL PERIODICO GRANMA ORGANO OFICIAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

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